La trampa y el cartón del Milagro, un trabajo en proceso.

Memoria de la primera fase de “Jueves milagro”
La trampa y el cartón del Milagro, un trabajo en proceso.

por Xelo Bosch y Cyrille Larpenteur

Al llegar a Bilbao la primera sorpresa fue la de conocer a María Salazar y Marielle Uhalde, las dos coordinadoras de producción de Consonni, hasta ahora, habíamos hablado por teléfono o vía e-mail, y me las había imaginado de otra manera. La segunda sorpresa, es que me había imaginado Bilbao plana y muy industrial y nada de esto, es una ciudad rodeada de montaña bien verde y con un casco antiguo muy bonito.
Al día siguiente conocemos a María Mur directora de producción de Consonni y también me la imaginaba de otra forma. Así que otra sorpresa. Nos ponemos a hablar del proyecto y enseguida nos damos cuenta que están muy implicadas en él, lo cual nos da mucha confianza y muchas ganas de empezar.
La semana del 25 empezamos los talleres con los niños en la ludoteca de Sondika, con  ayuda de mapas les proponemos situar su casa, la escuela, y les incitamos a imaginar que cosas extraordinarias ocurren en Sondika. Un niño me comenta que el quiere Sondika “normal y corriente” otra niña quiere Torre Eiffel en Sondika, otra le gustaría que hubiese un camino rosa para ir de su casa a la escuela.
En el taller de mayores en el bar de jubilados nos ponen un micro porque hay una mujer que ve el culebrón y los hombres juegan la partida y algunos no oyen bien. Instalamos el mapa de Sondika en la mesa, la gente empieza a venir a  sentarse, un grupo de mujeres se ponen en primera fila. Empiezo a explicar el “por qué” del taller, siento algunas miradas de escepticismo. Sacamos el bote de deseos que habíamos dejado anteriormente y leo sus deseos, entonces comienza  a arrancar el taller, algunos cuentan anécdotas de vivencias, de cuando Sondika empezó a crecer. Se nos presenta la necesidad de hacer una recuperación de historias populares de Sondika y lo comentamos allí, recogiendo fotos, y grabaciones para hacer una especie de recopilación, parece gustarles la idea...
Generalmente los deseos que allí se generan van en la línea de encontrar un sitio de socialización donde estén todos juntos niños, padres y mayores. Alguna queja del ambulatorio, sobre el tren, el ruido y el trafico de la carretera, los baches de los caminos,  que hubiese un baile un día por semana. Las cacas de los perros es un tema que monopoliza gran parte del taller. Una idea milagro muy graciosa es que todos los perros lleven pañales.
El taller de adultos fue muy activo y dinámico, en hora y media sacamos conclusiones y buscamos soluciones situándolas en el mapa: bidegorri (carril bici), vía verde, txoko municipal y “stop” al crecimiento de Sondika, también salen  algunas muy imaginativas como hacer el día de los cuerpos “danone” o proporcionar olor a naranja a una plaza.
La semana del 29 de mayo hasta el 6 de junio nos dedicamos a la síntesis, recogiendo los deseos de los botes, y de los resultados de los talleres. Agrupando la información y haciéndola expositiva para el día de la muestra pública. El día 6 de junio tenemos por misión la hazaña de la paella, una especie de platillo volante con capacidad para 200 comensales bastante críticos -y no de arte- con que fuera sólo de verduras.
Resumiendo, en  general la impresión que podemos percibir es que en Sondika es que no hay “grandes problemas” aparentes (aunque esta el problema de la falta de información sobre la existencia y localización del residuo tóxico llamado lindane)
Existe un problema que es el típico de todas las ciudades de periferia de las grandes ciudades de hoy en día: una disolución  de la identidad local, una falta de socialización intergeneracional y un desinterés por la participación en lo referente a su entorno, lo que nos deja un terreno de labranza bastante difícil para conseguir la implicación de la gente en los “milagros Sondikarras” en si  ya será un milagro que participen.
Aún y con todo, esta primera fase estamos muy contentos de las aportaciones de la  gente. La  administración de Sondika parece también estar a la escucha, lo que nos crea la esperanza de que algunos milagros puede que sean realizables!!. Si es así se cumplirían los primeros objetivos del proyecto y puede que obtengamos alguna respuesta sobre si el arte puede darnos útiles de transformación de lo real.

Pero haciendo un poco de auto critica, y siguiendo con la idea de crear un proceso de investigación en torno al proyecto, nos surgen  algunos miedos sobre los riesgos que puede implicar este  tipo de experiencia:
Uno de los riesgos es caer en lo que Tristan Tremeau  ha llamado “El artista mediador” [1]: que intenta restaurar el sentido entre la obra y el espectador, de curar una sociedad enferma cuestionando la ecología, lo social y lo económico.
Una práctica donde el artista se adjudica el rol de dirigirse al público, para que tome conciencia de los problemas de sociedad. Reforzando una dicotomía donde por una parte se encontraría el “pueblo” o los excluidos, que no tienen “voz” ni pueden revindicar y por otra parte “el artista” que brilla instruyendo “al pueblo”. Artistas relacionales donde sus diferentes producciones invitan a la convivialidad, al consenso y a un (pseudo) dialogo con los poderes públicos. 
En el caso del proyecto “Jueves milagro” en su primera parte de proceso, podemos defender y lidiar con este riesgo, que Tremeau describe, argumentando que para nosotros, el arte no esta en el centro del dispositivo. El arte es un útil de la manifestación, que nos “sirve para” y como tal pierde la importancia o el poder de instructor y con ello también se disuelve la figura del artista como iluminador social o genio oráculo.
Si es verdad que con los “talleres de milagros” y con la recogida y síntesis de los deseos de los Sondikarras, estamos poniendo en evidencia, situaciones sociales de la vida cotidiana, también tenemos la pretensión de desacralizar las relaciones “ciudadano” “poderes públicos”, creando un  pseudo dialogo intencionadamente carente de rigor y no forzadamente consensual que busca una eficacia de acción en los problemas reales. (Una de las razones por las que investigamos estos campos es la de abatir el aburrimiento o el “post aburrimiento” en el que el arte se consume hoy en día).
En cuanto a si podemos caer en la trampa del “arte celebrativo, “una especie de arte  festivo y condescendiente que intenta agradar a todos o no. Para nosotros como proyecto experimental, es el reto, que nos queda abordar en la formulación de la segunda fase del proyecto “los milagros” que transcurrirán  en octubre y de la que os  tendremos al corriente.
Eskerrik asko a la gente que nos ayudó en la paella y a los txistus aunque la hubiesen preferido de marisco.
Más info sobre en el blog sobre el proyecto:
juevesmilagro.blogspot.com

[1] Tristan TREMEAU, “L’artiste médiateur”, in Art Press spécial n° 22, Ecosystème des mondes de l’art, Paris, Art press, 2001

 

Imagen
La trampa y el cartón del Milagro, un trabajo en proceso.