La soledad del deseo, mayo 2012
El libro, que se plantea como un continuum (sin apartes entre capítulos, ni páginas en blanco, ni apéndices, ni bibliografía ni notas a pie de página, ni tampoco fotografías), evidencia en su forma misma esta voluntad de Manen de pensar a la carrera, de que la duda y la incertidumbre no sirvan para la parálisis o que el lamento no quede en solaz de plañidera, sino que sirva para la quiebra, que desestabilice y abra nuevas vías para entender la comunicación, producción y exhibición del arte contemporáneo; que inspire –transpirando-, en suma.