No estábamos solos, nos observaban

El pasado viernes 7 de junio, como si de una sesión de trabajo cualquiera se tratase Imanol Amayra y yo charlamos sobre El observatorio. La diferencia, es que en esta ocasión no estábamos solos, ni en su despacho, estábamos inmejorablemente rodeados de cómplices y amigos, por un momento éramos nosotros los observados, hablábamos sobre la experiencia del trabajo hecho, de los puntos álgidos del proyecto, el arco de la histeria,