Esto, no es el slogan del próximo anuncio de EVAX, sino una frase con formato obligado dentro de un mundo en el que se comercia con experiencias, en el que prima la imagen y la publicidad nos asedia y se nos es inyectada en vena.
Este es el arma del capitalismo, la seducción y la tentación, que dispara a bocajarro deseos de comodidad, bienestar, consumo y tecnología, de carácter altamente apetecibles, que tienen como catedral hacia la que peregrinar a los centros comerciales.
Ciudades simulacro dentro de la auténtica ciudad, que ya empieza a convertirse en espectáculo. Estos lugares de culto consumista están transformando la estética y el diseño de las urbes, produciéndose una especie de metástasis que nos hace ver y vivir la ciudad de una manera distinta, al convertirnos en una clase de ciudadano que no puede ya recuperar su voluntario caminar transeúnte.