Dos muertes simultáneas

!Aquí está el último y cuarto capítulo del Marketing como análisis médico-forense!

El marketiniano se había convertido en consumidor de vidas, vidas jóvenes. Él, era el asesino. Con este descubrimiento, la investigación policial se adelantaba al final de su investigación particular. El marketiniano, mientras le ponían las esposas, no podía dejar de pensar en otra cosa que no fuese la investigación y en que ésta jamás sería completada. Sin embargo, todo tuvo respuesta cuando el marketiniano apareció muerto en su celda. Ya no era necesario que el forense pasase por el mal trago de analizar la muerte de su amigo. El forense conocía bien el porqué. Al morir, la posibilidad de seguir matando o consumiendo, los bienes en los que se habían convertido los jóvenes para el marketiniano, desaparecía.
¿Quién se queda, entonces, al margen del consumismo en esta sociedad, si hasta los propios expertos acaban atrapados en sus redes?.

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