Se llama simplemente Begoña. Hace música de baile, pop electrónico y algo naif, muy al gusto del tecno juguetón de los ochenta, pero traído al dance de ahora. Además, esta chica nacida en Iruña, afincada en Bilbao desde que vino a estudiar Bellas Artes y viajada por Paris, Nueva York, Berlin, Ámsterdam y no sé qué ciudades más, no tiene ningún reparo en considerarse artista visual. Para su primer CD, We only move when something change, ha contado con colaboraciones puntuales del bilbaíno Madelman, el donostiarra Javi Pez o el francés Maxance Cyrin. (...)