Karmele Jaio
Autora de tres novelas (Las manos de mi madre, 2006; Música en el aire, 2009 y La casa del padre, 2019); tres libros de relatos (Hamabost zauri, 2004; Zu bezain ahul, 2007 y Ez naiz ni, 2012), y un libro de poesía (Orain hilak ditugu, 2015). Su primera novela tuvo una gran acogida, ha sido traducida a varias lenguas y su versión inglesa fue premiada con el English Pen Award. Su última novela, Aitaren etxea, recibió el Premio Euskadi de Literatura. Sus obras han recibido numerosos premios y han sido adaptadas al cine y al teatro, y sus relatos han sido seleccionados en numerosas antologías como el Best European Fiction 2017 o The Penguin book of Spanish short stories, entre otros.
Hemeroteca
Pérgola
Partiendo de realidades que ya existen –cooperativas de consumo enérgetico, construcción de viviendas colaborativas, redes de cuidados vecinales y territorios de libre circulación de personas–, el espacio de creación Azala reunía a un montón de creadores para ponerse a repensar la manera en la que vivimos.
Pérgola
Partiendo de realidades que ya existen –cooperativas de consumo enérgetico, construcción de viviendas colaborativas, redes de cuidados vecinales y territorios de libre circulación de personas–, el espacio de creación Azala reunía a un montón de creadores para ponerse a repensar la manera en la que vivimos.
Pérgola
Partiendo de realidades que ya existen –cooperativas de consumo enérgetico, construcción de viviendas colaborativas, redes de cuidados vecinales y territorios de libre circulación de personas–, el espacio de creación Azala reunía a un montón de creadores para ponerse a repensar la manera en la que vivimos.
Pérgola
Partiendo de realidades que ya existen –cooperativas de consumo enérgetico, construcción de viviendas colaborativas, redes de cuidados vecinales y territorios de libre circulación de personas–, el espacio de creación Azala reunía a un montón de creadores para ponerse a repensar la manera en la que vivimos.
Pérgola
Partiendo de realidades que ya existen –cooperativas de consumo enérgetico, construcción de viviendas colaborativas, redes de cuidados vecinales y territorios de libre circulación de personas–, el espacio de creación Azala reunía a un montón de creadores para ponerse a repensar la manera en la que vivimos.